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SurfandTurf

Definitivamente : Sí Hay Mulas Azules.

Definitivamente : Sí Hay Mulas Azules.

La carta del Sub, es demasiado larga, pero mentalmente si he podido  extrapolar esta misma revolucionaria idea. Hay dias que pienso y siento que soy surfer y otros más duros que siento( ya, y tambien pienso) que solo hago surf....y eso cuando puedo!!!Y bueno mas bien es una cosa parecida al surf, que es mi surf.

Quizás para mi  la sorpresa no es saber que hay mulas azules, y que cada dia superamos más a la población de burros. Quizás lo que más me haya sorprendido, es que haya gente que no lo sepa. Tan-tan.

Galicia y el Atlántico me esperan. Feliz descanso a quien lo merezca!

 "....Me dice la mar que el tono de la carta es muy lúgubre. Yo miro y arriba el cielo parece ya vencido por el peso de tantas estrellas. Tiene razón, así que aprovecho para contarles queÉ

Le he dibujado una mula al ídem de Andulio. El Andulio tiene 5 años y nació sin manos. Dos pequeños muñones le señalan el final de los brazos y el costo genético de décadas de miseria. Sin embargo, el Andulio se las ingenia para tomar los lápices de colores entre los muñones y pinta los dibujos que le hago. Cada tanto, viene a demandar un dibujo o a mostrar (con la secreta aspiración de un dulce de recompensa) lo que ha coloreado. Ahora viene con la mula de regreso. El Andulio se ha empeñado en pintarle a la mula la cabeza de color azul.

-¿Acaso hay mulas azules?-, le digo.

-Hay-, me dice retador.

Como es imposible (Andulio lo sabe y por eso reta) que le demuestre que no existen las mulas con cabeza azul, mejor opto por contarle uno de los cuentos que el hipocampo le susurra a la mar en las largas madrugadas de las montañas del sureste mexicano. Así que, mientras me mira con escepticismo, le narro

El cuento del cuchito esquizofrénico

Había una vez un cuchito ("puerquito" para los chiapanecos) que creía que era pollo. Desde que era chiquito andaba junto a los otros pollitos, comía con ellos y dormía con ellos. Eso último era un problema que crecía al mismo ritmo que el cuchito engordaba. Mucho batallaba el cuchito para subirse a las vigas donde dormían los demás pollos. Cuando se hizo más grande, el cuchito rompió varias vigas y se dio serios golpes en el lomo. Pero estos contratiempos no lo hicieron cambiar de opinión, él era un pollo, un gallo ya. Estaba aprendiendo a cantar "kikirikí" cuando llegó la fiesta del pueblo y en la asamblea decidieron comer cuche. Así que mataron al cuchito y lo cocinaron. Cuando lo sirvieron y empezaron a comer, los del pueblo dijeron: "Este cuche sabe a pollo". Tan-tan.

El Andulio me queda viendo y me dice, a manera de conclusión:

-Sí hay mulas azules-, y se va con su cuaderno.

Yo miro a la mar buscando comprensión. Ella me consuela con un "es un cuento muy tonto". Yo suspiro y me calló la moraleja...."

Solana

1 comentario

Gelito -

ups fue un lapsus, gracias.